De paso por Lima, Michael Roach compartió con Forbes los pilares de la filosofía budista que le permitieron crear una empresa comercializadora de diamantes en Nueva York, tras formarse como geshe –o monje–durante 25 años en un monasterio en el Tibet. El director de la cinta peruana "¡Asu Mare!’ ha empezado la producción de un reality para corroborar que las ideas de Roach funcionan.
“No tengo habilidad en los negocios. No sé nada sobre negocios”, confiesa a Forbes Michael Roach, autor del best seller “El cortador de diamantes”, una obra traducida a 35 idiomas y que ha vendido más de 1 millón de ejemplares.
El estadounidense, quien dio una conferencia en la escuela de negocios ESAN en Lima en setiembre pasado, le entregó su libro a su editor en el año 2000, listo para publicar y justo antes de “hacer un retiro en silencio” por tres años para “reflexionar” sobre lo que quería hacer con el resto de su vida.
Antes, se había convertido en geshe o monje budista, tras vivir y estudiar en un monasterio en el Tibet por 25 años. Roach fue el primer occidental en alcanzar dicho título en seiscientos años, suele contar en las conferencias que actualmente da por todo el mundo.
Luego, de 1981 a 1998, en Nueva York, junto a dos socios judíos, Ofer y Aya Azrielant, Roach creó Andin International Diamond Corporation. El camino fue el contrario al de Julian Mantle, el frenético abogado que lo dejó todo -incluso vendió su Ferrari– para irse a la India a transformarse espiritualmente, personaje del best seller «El Monje que vendió su Ferrari», de Robin S.Sharma.
En 2009 – nueve años después de que Roach renunciara a Andin– el inversionista nonagenario Warren Buffett puso los ojos en la compañía, que entonces era una de las comercializadoras de la gema más grandes del planeta y facturaba US$100 millones por año.
Por eso, cuando Roach –a sus más de setenta años– dice que no sabe “nada” de negocios, suena raro a primera vista. Pero, bien mirado, tiene sentido. Roach parece un hombre de negocios. Y esa es exactamente su prédica por donde esté: en un taller de diamantes en la India, en un tren de ida y vuelta al trabajo con ropa de civil (y no en túnicas terracotas) y en una conferencia en una universidad.
“Cuando escribí ‘El cortador de diamantes’ había una creencia común: podías ser un empresario de éxito o tener éxito en su interior, como persona profunda y reflexiva, pero no ambas cosas. Es una de las satisfacciones más grandes de mi vida saber que el libro ha aportado de alguna forma a la idea de poder alcanzar tanto el éxito exterior como interior, ya que van de la mano”, dice en el prólogo de la vigésima edición de su libro.
Tras regresar del retiro “en silencio”, Roach creó el Instituto del Cortador de Diamantes (DCI, por sus siglas en inglés), a través del cual, actualmente, viaja por todo el mundo para difundir su filosofía para alcanzar “el éxito”.
En efecto, esa misma lógica fue la que aplicó para crear Andin. Según cuenta, la descubrió a través de la meditación, cuando el director del monasterio tibetano lo mandó a Estados Unidos a poner en práctica la milenaria sabiduría budista que había adquirido. Eso lo llevó a crear una empresa, afirma.
No era algo que esperaba, después de pasar un cuarto de siglo en el Tibet, donde podría haberse quedado a “meditar y tomar té”, dijo en chiste durante su conferencia en la universidad limeña.
Para crear Andin, usó varias ideas que describe en su libro. En primer lugar, Roach afirma que existen cinco metas que toda persona desea alcanzar progresivamente: libertad financiera, relaciones personales y profesionales, salud física, salud mental y ayudar a otros. En esto último, se apoyan «Los cuatro pasos» de Roach para lograr «cualquier cosa».
Y, como demuestra Roach, los cuatro pasos aplican en los negocios. Esos son:
1
Escoge una meta.
2
Tienes que encontrar alguien más que tenga este objetivo. Encuentra un socio o amigo para «plantar una semilla» en tu mente.
3
Ayuda a tu amigo o socio a que alcance sus sueños. Reúnete con ellos al menos 1 hora por semana.
4
Duerme y, por la noche, repasa las semillas que sembraste. «Tienes que pensar en algo bueno que hayas hecho», dice y advierte: «repasa tus problemas por la mañana».
El método de Los Cuatro Pasos asombró a Ricardo Maldonado, director de la película «¡Asu Mare!», vista por más de 2 millones de personas en Perú. Descubrieron a Roach durante una presentación de DCI y le propusieron hacer un reality. El geshe aceptó. «Creo que eso va a ser lo más importante: tratar de traducir estos temas y que lleguen a la mayor cantidad de gente posible. Ver que todo esto que se dice, se pueda documentar y tener la experiencia de verlo. O [hacerlo] si es que fracasamos monumentalmente. En esa paradoja está la oportunidad de verlo, el incentivo para que lo veamos», explica Maldonado a Forbes.
Cuatro personas participan del reality, entre ellos un peruano. Esperan lanzarlo vía streaming en 2025, según comentó Roach. Maldonado ya está conversando con Netflix.
¿Cómo crear y manejar una empresa?
Aunque no sepa “nada” de negocios, Roach está convencido de que estos son útiles. “Me divierto y lo digo porque nuestro negocio está ayudando a mucha gente”, refuerza. Cuenta que en DCI tienen un departamento de filantropía que ayuda a organizaciones en situaciones complejas, como catástrofes naturales.
Y vuelve sobre Los Cuatro Pasos, cuándo le consultamos qué mensaje le gustaría compartir con los empresarios peruanos. “La mentalidad egoísta falla: tu empresa se hundirá. Cuando solo quieres algo para ti y no piensas activamente en ayudar a otras personas, tu negocio fracasará. Nunca llegarás a ser la mayor empresa de diamantes. No es posible”, responde.
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“La charla que tuvimos en ESAN es el tipo de charla que necesitamos aquí [en Perú]», asegura. «El recurso está aquí, la gente está aquí, la educación está aquí. La juventud está aquí, el surf está aquí”, remata.
Meditación & Business
Si una empresa de diamantes millonaria nació de la disciplinada meditación de Roach, entonces, la meditación debería de ser una herramienta valiosa para los negocios. Roach aclara que no se trata de crear una sala especial de meditación en la oficina. «Creo que es mejor que medites en casa antes de venir al trabajo y luego podrás usar muchas de estas meditaciones durante todo el día», enseña. Y enumera tres tipos de meditación que pueden aprovechar los empresarios y empresarias.
- En primer lugar, Roach menciona un tipo de meditación que consiste en memorizar oraciones o el contenido de libros, como lo hizo él en el Tíbet. “Entonces, para una persona de negocios, que va a negociar una fusión o algo así, puede memorizar los detalles de la otra empresa y los conoce mejor que el propietario. Hay una especie de meditación en la que se retiene información y eso es muy saludable para los negocios”, describe.
- En segundo lugar, sugiere una meditación que busca resolver problemas y se puede aplicar en las negociaciones. “Aprendes a pensar una y otra vez. Se aprende a negociar de esta manera: ambas personas deben dar más de lo que quieren o no habrás terminado”, enseña.
- El tercer tipo de meditación es lo que se entiende tradicionalmente por “meditar” y ayuda a enfocarse. “Es como el foco cuando escuchas tu canción favorita”, dice.